Las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que tuvieron a Trump y Kamala Harris como candidatos, contaron con un protagonista inesperado: el multimillonario Elon Musk.
El pasado 5 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos, una votación histórica que resultó en la victoria de Donald Trump, impulsada por triunfos clave en estados como Carolina del Norte, Pensilvania y Georgia. Sin embargo, estas elecciones no solo fueron una contienda entre Trump y Kamala Harris, sino que también contaron con un inesperado protagonista: el multimillonario Elon Musk.
Desde el inicio de la campaña presidencial, Musk estuvo profundamente involucrado en la discusión en redes sociales, mostrando abiertamente su apoyo al candidato republicano. Dueño de empresas como X, SpaceX y Tesla, el empresario ha sido uno de los seguidores más firmes de Trump.
Musk fue señalado en varias ocasiones por fomentar la desinformación durante el proceso electoral, convirtiendo la red social antes conocida como Twitter en un canal para la proliferación de noticias falsas y teorías conspirativas.
Con cerca de 203 millones de seguidores en X, Musk aprovechó su enorme alcance para que los mensajes de esta plataforma se replicaran fácilmente en otras redes. Según Kathleen Carley, experta en desinformación y profesora de ciencias de la computación en la Universidad Carnegie Mellon, «X no es más que un canal de una plataforma a otra», declaró a Reuters.
Tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Elon Musk ha seguido siendo el centro de atención, celebrando los resultados en su perfil de X y afirmando que «el futuro será fantástico».